El efecto positivo que produce la amistad
Las vacaciones de Navidad muestran de forma gráfica que el ser humano es social por naturaleza. A lo largo de estos días, nos reunimos con los seres queridos y amigos. Protagonizamos momentos muy especiales y reencuentros con personas a las que vemos con mayor o menor frecuencia. La Navidad favorece la reflexión interior sobre uno mismo y también, sobre las relaciones sociales, en concreto, sobre la amistad.
Los lazos de amistad producen un efecto muy positivo sobre la mente de tal forma que una persona con buenos amigos generalmente es más feliz que una persona que se siente sola. Tener una red social amplia y sólida es un soporte emocional muy resistente en contra de las decepciones, la tristeza, la dececpión…
Sin embargo, la amistad es un tesoro que debe cuidarse día a día. Es decir, debemos preguntar a nuestros amigos qué tal se encuentran, hacer planes en común, llamarles por teléfono de vez en cuando, tener gestos de cariño, felicitarles en su cumpleaños… La indiferencia y la falta de trato solo alimenta la distancia entre dos amigos.
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